viernes, 18 de mayo de 2012


Generación del 900

El concepto de “Generación”, en literatura tiene distintos criterios que deben ser tenidos en cuenta para definir este concepto. Todos ellos actúan conjuntamente, sin ser de ninguna manera excluyentes. Ante todo existe un criterio cronológico que en general toma en cuenta la fecha de nacimiento o la de la primera edición de las obras más representativas. Para algunos, el período histórico que abarcan  los nacimientos es de 30 años, otros los reducen a 20. Para dilucidar esta cuestión, se debe tener en cuenta el factor social. Esto significa que los integrantes de una generación literaria deben compartir una herencia, o sea, pertenecer a una misma nación, pueblo o tradición, lo que hace posible una educación más o menos coincidente; el trato personal entre sus integrantes; la adopción muchas veces, aunque no siempre, de un guía literario; la polémica entre ellos y la comunidad de vivencias provocadas por hechos externos (guerras, cambios institucionales, etc.), atendiendo también a sus actitudes frente a esos cambios. Para Ortega y Gasset, la generación literaria es una “elite o minoría intelectual de la que están excluidos los que no son productores en el terreno cultural (literario), así como los que producen aisladamente”.
Quiroga formó parte de la generación del 900 (grupo de escritores uruguayos que publican sus obras entre 1895 y 1925) al igual que José Enrique Rodó- ensayista- , Florencio Sánchez- dramaturgo-, Javier de Viana- narrador-, Carlos Reyles – narrador-, Julio Herrera y Reissig- poeta-, Delmira Agustini- Poeta-, María Eugenia –Vaz Ferreira- poeta-, Carlos Vaz Ferreira- filósofo-, etc,.
Dentro de esta generación hubo dos tendencias bien definidas: por un lado, hay quienes deciden comprometer su obra con la realidad, para mejorarla a través de la denuncia y la crítica, como Florencio Sánchez; y por otro, están los escritores que se evaden de ella, justificando su arte en sí mismo, como Julio Herrera y Reissig. A los primeros se les llama escritores comprometidos y a los segundos, “torremarfilistas”.
La generación del 900 surge en un contexto histórico – social que se caracteriza por el ascenso de la clase media t por el liberalismo político. Es la época en que nace el batllismo, en torno a la figura de José Batlle y Ordoñez. Se pone en marcha el movimiento estatista o capitalismo de Estado, haciendo de este último el dueño de las principales empresas del país, que pasan a ser públicas. Es una época de modernización y bienestar económico.
La literatura alcanza un momento especial de plenitud. Los autores se reúnen en cenáculos literarios como La Torre de los Panoramas, liderada por Julios Herrera y Reissig, o El Consistorio del Gay Saber, integrado por Quiroga entre otros jóvenes salteños. También es lugar de encuentro el Café Polo Bamba y otro similares. Las revistas adquieren especial relevancia como medios de expresión y difusión cultural., entre ellas se destacan: la Revista de Literatura y Ciencias sociales (dirigida por José E. Rodó), La Revista de Salto (dirigida por Quiroga) y La Revista (de Julio Herrera y Reissig).
Caracteres fundamentales de esta generación:
1-      Todos ellos, más o menos participaron del modernismo. Unos, como Quiroga sólo en su juventud, otros como julio Herrera y Reissig, durante toda su producción. Pero en todos se dio el contacto.
2-      Hay dos tendencias opuestas entre los miembros de la generación: por un lado los que se consideran por encima de todos y se alejan despreciativamente de la sociedad. Otros, por el contrario, se insertan y comprometen con el medio en que viven.
3-      No hubo líder o conductor del grupo.
4-      Son autodidactas y no universitarios. Leen tendencias diversificadas, es decir, leen de todo: Marx, Tolstoi y Víctor Hugo, los autores del Siglo de Oro español, etc.
5-      Se reúnen en torno a Revistas, Cenáculos y Cafés.
  Los Cenáculos consisten en una reunión poco numerosa de personas que profesan las mismas ideas, alrededor de una fuerte personalidad central. Más que por sus aportes a la literatura, importan por el ambiente que crearon, y la confrontación de ideas que promovieron. Los más importantes fueron: El Consistorio del Gay(1) Saber; La Torre de los Panoramas.
Los Cafés, el más importante fue El Polo Bamba, que se ubicaba en la Plaza Independencia, allí tenían lugar intercambio de ideas y discusiones en torno a diversos y muy variados temas. También fue importante el Café Moka, y el Café Sarandí, al que asistía Quiroga.


(1Gai fue usado en francés por Christian de Troyes por lo menos desde el siglo XII, con el significado de "feliz, alegre, exultante" y, también, "divertido". El vocablo entró al inglés como gay, con el mismo significado, pero hacia el siglo XVII adquirió la connotación de "persona autoindulgente que solo busca el placer" y, hacia fines del siglo XIX, se usaba con su denotación actual en los códigos de la comunidad homosexual norteamericana. En los años sesenta, en la medida en que los homosexuales empezaron a tornarse más visibles, la palabra trascendió al vocabulario común, al principio entre comillas, y llegó al español por los años setenta.