miércoles, 17 de octubre de 2012

Curiosidades de la lengua


                                                            
                                                              Sainete

La grosura de un animal, principalmente de una res, se llama en español saín, palabra derivada del latín sagina 'acción de cebar o engordar los animales'. El equivalente de este vocablo en francés antiguo era saïn y en provenzal, saglin, pero llegó a nosotros a través del bajo latín saginum.

El diminutivo de saín, sainete, era el nombre con que los cazadores llamaban en cierta época a los pequeños pedacitos de grasa que daban a sus halcones cada vez que cobraban una pieza.

Esta palabra fue adoptada luego por el teatro, ambiente en el cual se llamó así a algunas piezas breves, que eran comparadas de esa forma con bocadillos pequeños y apetitosos.

El sainete es una pieza corta, generalmente en un acto, sobre un tema humorístico, que antiguamente se representaba a continuación de una obra seria o como final de una función. 

                                                                                                                           Gentileza: Ricardo Soca

miércoles, 5 de septiembre de 2012


                  Poema Explosión de Delmira Agustini


¡Si la vida es amor, bendita sea!
Quiero más vida para amar! Hoy siento
que no valen mil años de la idea
lo que un minuto azul de sentimiento.
Mi corazón moría triste y lento…
Hoy abre en luz como una flor febea.
¡La vida brota como un mar violento
donde la mano del amor golpea!
Hoy partió hacia la noche, triste, fría…
rotas las alas, mi melancolía;
como una vieja mancha de dolor
en la sombra lejana se deslíe…
¡Mi vida toda canta, besa, ríe!
¡Mi vida toda es una boca en flor!

lunes, 13 de agosto de 2012

POEMA V JOSÉ MARTÍ


Poesía V



Si ves un monte de espumas,
Es mi verso lo que ves:
Mi verso es un monte, y es
Un abanico de plumas.

Mi verso es como un puñal
Que por el puño echa flor:
Mi verso es un surtidor
Que da un agua de coral.

Mi verso es de un verde claro
Y de un carmín encendido:
Mi verso es un ciervo herido
Que busca en el monte amparo.

Mi verso al valiente agrada:
Mi verso, breve y sincero,
Es del vigor del acero
Con que se funde la espada.
José Martí.

sábado, 16 de junio de 2012

CONTINUIDAD DE LOS PARQUES. JULIO CORTÁZAR


Continuidad de los parques






   Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restallaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer.
    Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano. la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.
de "Final de juego", Julio Cortázar 1956. © 1996 Alfaguara

TRABAJO para 3° 1


Consigna para el trabajo en equipos con el texto Rodríguez, de Francisco Espínola:
A partir de lo trabajado en clase, deberá seleccionar uno de los momentos en que dividimos el texto y escribir el análisis del mismo. 
En caso de elegir el momento IV deberá acompañarlo del momento III.

El trabajo debe ser presentado en hoja A4.
 Interlineado:  1.5
 Fuente: Arial 12 o Book Old Style 12.
No podrá sobrepasar dos carillas A4.
Fecha de entrega: 26 de junio de 2012

Los equipos deberán ser los mismos que han trabajado en clase (que Ud. formaron y pasaron los nombres a la hoja que me entregaron) a excepción de los alumnos que mencioné el viernes 15 de junio, que deberán presentarlo solos. Ante cualquier duda pueden consultarme en el correr de la semana.
No olviden revisar la ortografía antes de entregar, la coherencia y la cohesión del trabajo y cotejar con los apuntes y resúmenes de clase.

sábado, 2 de junio de 2012

El hombre pálido.


                                     EL HOMBRE PÁLIDO


Todo el día estuvo toldado el sol, y las nubes, negruzcas, inmóviles en el cielo, parecían apretar el aire, haciéndolo pesado, bochornoso, cansador.
A eso del atardecer, entre relámpagos y truenos, aquéllas aflojaron y el agua empezó a caer con rabia, con furia casi; como si le dieran asco las cosas feas del mundo y quisiera borrarlo todo, deshacerlo todo y llevárselo bien lejos.
Cada bicho escapó a su cueva. La hacienda, no teniendo ni eso, daba el anca al viento y buscaba refugio debajo de algún árbol, en cuyas ramas chorreaban los pajaritos, metidos a medias en sus nidos de paja y de pluma.
En el rancho de Tiburcio estaban solas Carmen, su mujer y Elvira, su hija.
El capataz de tropa de don Clemente Farías, había marchado para “adentro” hacía una semana.
En la cocina negra de humo se hallaban, cuando oyeron ladrar el perro hacia el lado del camino. Se asomó la muchacha y vio a un hombre desmontar en la enramada con el poncho empapado y el sombrero como trapo por el aguacero.
-¡León! ¡León! ¡Fuera! Entre para acá- gritó Elvira.
-¿Quién es?- preguntó la vieja sin dejar de revolver la olla de mazamorra.
-No lo conozco.
La joven volvió al lado de su madre y quedó expectante.
-Buenas tardes.
Agachándose –la puerta era muy baja-, el hombre entró.
-Buenas. Siéntese. ¿Lo ha derrotado l`agua? Sáquese el poncho y arrimeló al fogón.
-Sí, es mejor. Aquí, no más.
El hombre colgó su poncho negro en un gran clavo cerca del fuego y sacudió el sombrero. Después se sentó en un banco.
-¿Viene de lejos? -curioseó la madre.
-De Belastiquí.
-¿Y va?
-Pa l’estancia’e Molina, en el Arroyo Grande. Pensaba llegar hoy a San José, pero me apuré mucho por el agua y traigo cansadazo el caballo. Así que si me deja pasar la noche...
-Comodidá no tenemos ... puede traer su recao y dormir aquí, en todo
caso.
-¡Como no!... Estoy acostumbrao.
La muchacha, ahora acurrucada en un rincón, lo miraba de reojo. Y cuando oyó que iba a quedarse, sintió clarito en el pecho los golpes del corazón.
Es que cada vez más le parecía que aquel hombre delgado y alto, de cara pálida en la que se enredaba una negrísima barba que la hacía más blanca, no tenía aspecto para tranquilizar a nadie...
La vieja le interrumpió sus pensamientos diciendo:
-A ver, aprontá un mate.
Y siguió revolviendo la mazamorra, mientras daba conversación al forastero, que acariciaba el perro y retiraba la mano cuando éste rezongaba desconfiado de tanto mimo.
Elvira tiró la yerba vieja, puso nueva, le hizo absorber primero un poco de agua tibia para que se hinchara sin quemarse. En seguida, ofreció el mate al desconocido. Este la miró a los ojos y ella los bajó, trémula de susto. No sabía porqué. Muchas veces habían llegado así, de pronto, gente de otros pagos que dormían allí y al otro día se iban. Pero esa nochecita, con los ruidos de los truenos y la lluvia, con la soledad, con muchas cosas, tenía un tremendo miedo a aquel hombre de barba negra y cara pálida y ojos como chispas.
Se dio cuenta de que él la observaba. Los ojos encapotados, sorbiendo lentamente el mate, el hombre recorría con la vista el cuerpo tentador de la muchacha...
¡Oh, sí!, había que cansar muchos caballos para encontrar otra tan linda.
Brillante y negro el pelo, lo abría al medio una raya y caía por los hombros en dos trenzas largas y flexibles. Tenía unos labios carnosos y chiquitos que parecían apretarse para dar un beso largo y hondo, de esos que aprisionan toda una existencia. La carne blanca, blanca como cuajada, tibia como plumón, se aparecía por el escote y la dejaban también ver las mangas cortas del vestido. El pecho abultadito, lindo pecho de torcaza; las caderas ceñidas, firmes; las piernas que se adivinaban bien formadas bajo la pollera ligera; toda ella producía unas ansias extraña en quien la miraba, entreveradas ansias de caer de rodillas, de cazarla del pelo, de hacerla sufrir apretándola fuerte entre los brazos, de acariciarla tocándola apenitas... ¡yo qué sé!, una mezcla de deseos buenos y malos que viboreaban en el alma como relámpagos entre la noche. Porque si bien el cuerpo tentaba el deseo del animal, los ojos grandes y negros eran de un mirar tan dulce, tan real, tan tristón, que tenían a raya el apetito, y ponían como alitas de ángel a las malas pasiones...
Embebecido cada vez más en la contemplación, el hombre sólo al rato advirtió que la muchacha estaba asustada. Entonces, algo le pasó también a él.
Su mano vacilaba ahora al tenerla para recibir o entregar el mate.
Elvira iba entre tanto poniendo la mesa. Luego, los tres se sentaron silenciosos a comer. Concluída la cena, mientras las mujeres fregaban, el hombre fue bajo la lluvia hasta la enramada, desensilló, llevó el recado a la cocina y se sentó a esperar que hicieran la lidia jugando con el perro, con León que, por una presa tirada al cenar, había perdido la desconfianza y estaba íntimo con el desconocido.
-¡Mesmo qu`el hombre!- pensó éste.
Y siguió mirando el fuego y, de reojo, a Elvira.
Cuando terminaron la tarea, la madre desapareció para tornar con unas cobijas.
-Su poncho no se ha secao. Hasta mañana, si Dios quiere.
-Se agradece.
-¡Buenas noches!- deseó la muchacha cruzando ligero a su lado con la cabeza baja.
-Buenas.
Las dos mujeres abrieron la puerta que comunicaba con el otro cuarto, pasaron y la volvieron a cerrar. Al rato, se oyó el rumor de las camas al recibir los cuerpos, se apagó la luz...Todo fue envolviéndose en el ruido del agua que caía sin cesar.
El hombre tendió las cacharpas, se arrebujó en las mantas con el perro y sopló el candil.
El fogón, mal apagado, quedó brillando.
II
Un rato después se empezó a oír la respiración ruidosa y regular de la vieja. Pero en la cama de Elvira no había caído el descanso. Ahora que su madre dormía, el miedo la ahogaba más fuerte. El corazón le golpeaba el pecho como alertándola para que algún peligro no la agarrara en el sueño, y su vista trataba en vano de atravesar las tinieblas... De cuando en cuando rezaba un Ave María que casi nunca terminaba, porque lo paraba en seco cualquier rumor, que la hacía sentar de un salto en la cama.
A eso de la media noche, bien claro oyó que la puerta de la cocina que daba al patio había sido abierta, y hasta le pareció sentir que el aire frío entraba por las rendijas. Tuvo intención de despertar a su madre, pero no se animó a moverse. Sentada, con los ojos saltados y la boca abierta para juntar el aire que le faltaba, escuchó. No sintió nadita. Y aquel silencio, después de aquel ruido, la asustaba más aún. No sentía nadita, pero en su imaginación veía al hombre de la barba negra clavándole los ojos como chispas; veía el poncho negro, colgado del clavo, movido por el viento como anunciando ruina... y como para convencerla de que era verdad que la puerta había sido abierta, seguía sintiendo el aire frío y percibía más claramente el ruido de la lluvia...
En efecto: el hombre, que se echó no más, sobre el recado, se había levantado, lo llevó otra vez a la enramada y, después de ensillar, había salido a pie hasta la manguera que estaba como a una cuadra dejándose pintar de rosado por los relámpagos. El agua le daba en la frente. Por eso avanzaba con la cabeza gacha.
Otro hombre le salió al encuentro, el poncho y el sombrero hecho sopa.
Era un negro.
-¿Están las mujeres solas?- preguntó ansioso.
Sombrío el otro respondió:
-Sí
-La plata tiene qu`estar en algún lao. Empecemos.
-No. No empezamos.
-¿Qué hay?
-Hay que yo no quiero.
-¿Qué no querés?
- Sí, que no quiero.
- ¿Pero estás loco?
-Peor pa mí si m`enloquecí. Pero ya te dije. Vamonós p`atrás.
-¿El qué?
-No hay qué que te valga. Como siempre, te acompaño cuando quieras; pero esta noche, no. Y aquí, menos.
-¡Hum! Si te salieran en luces malas los que has matao, te ciegaría la iluminación, y ahora te ha entrao por hacerte el angelito.
-Nadie habla aquí de bondá. Digo que no se me antoja y se acabó.
-Peor pa vos. Iré yo solo. ¡Que tanto amolar por dos mujeres!
-Es que vos tampoco vas a ir.
-¿Desde cuando es mi tutor el que habla?
-Desde que tengo la tutora- bramó el interpelado tanteándose la daga.
-¡Ah! ¿Querés peliar? ¡Me lo hubieras dicho antes! Seguramente ya habrás hecho la cosa y quedrás la plata pa vos solo. Pero no te veo uñas, mi querido.
Venite no más- y desenvainó su cuchillo.
-¡Callate, negro de los diablos!- rugió el otro yéndosele arriba.
A la luz de los relámpagos, entre los charcos, los dos hombres se tiraban a partir. El de la barba negra, medio recogido el poncho con la mano izquierda, fue haciendo un círculo para ponerse de espaldas a la lluvia. Comprendiendo el juego, el negro dio un salto. Pero se resbaló y se fue del lomo. El otro esperó a que se enderezara y lo atropelló. La daga, entrando de abajo a arriba, le abrió el vientre y se le hundió en el tórax.
-¡Jesús, mamá!- exclamó el negro.
Fue lo único que dijo. La muerte le tapó la boca.
El otro, en las mismas ropas del difunto limpió su daga. Después enderezó chorreando agua, montó y salió como sin prisa, al trotecito.
-¡Pucha que había sido cargoso el negro!- murmuraba- ¡Le decía que no, y el que sí, y yo que no, y dale! ¡Estaba emperrao!...
La lluvia, gruesa, helada, seguía cayendo.

                                                                                                                    Francisco Espínola

lunes, 21 de mayo de 2012

Vocabulario para trabajar el texto en clase.


Vocabulario de Rodríguez:

“guía del bigote”: punta retorcida del bigote.
Agenciar: hacer  las diligencias necesarias para logar algo.
Apareó: unió.
Apear: bajar.
Atusar: alisar el pelo.
Barranca: quiebre profundo producido en la tierra por las corrientes de agua.
Botijos: vasija de barro poroso.
Cabalgadura: caballo.
Cimarrón: salvaje (americanismo)
Componer: templar, aplacar, sosegar.
Desazón: disgusto.
Desmirriado: flaco.
Entecado: flaco, enfermizo.
Escozor: sensación dolorosa como al que produce una quemadura.
Espolear: picar con la espuela al caballo.
Espuela: clavo de metal con puntas, ajustado al talón para ajustar la cabalgadura.
Estribo: pieza de metal, madera o cuero en que el jinete apoya el pie.
Estupor: asombro.
Liar: envolver.
Melosidad: dulzura.
Parloteo: charla.
Paso: lugar o sitio por donde se pasa de un lugar a otro.
Sesgo: torcido.
Tordillo: caballo negro y blanco.
Yesquero: encendedor que prendía con una piedra denominada yesca.
Zaino: caballo criollo, de color marrón oscuro.

viernes, 18 de mayo de 2012

OXÍMORON



Generación del 900

El concepto de “Generación”, en literatura tiene distintos criterios que deben ser tenidos en cuenta para definir este concepto. Todos ellos actúan conjuntamente, sin ser de ninguna manera excluyentes. Ante todo existe un criterio cronológico que en general toma en cuenta la fecha de nacimiento o la de la primera edición de las obras más representativas. Para algunos, el período histórico que abarcan  los nacimientos es de 30 años, otros los reducen a 20. Para dilucidar esta cuestión, se debe tener en cuenta el factor social. Esto significa que los integrantes de una generación literaria deben compartir una herencia, o sea, pertenecer a una misma nación, pueblo o tradición, lo que hace posible una educación más o menos coincidente; el trato personal entre sus integrantes; la adopción muchas veces, aunque no siempre, de un guía literario; la polémica entre ellos y la comunidad de vivencias provocadas por hechos externos (guerras, cambios institucionales, etc.), atendiendo también a sus actitudes frente a esos cambios. Para Ortega y Gasset, la generación literaria es una “elite o minoría intelectual de la que están excluidos los que no son productores en el terreno cultural (literario), así como los que producen aisladamente”.
Quiroga formó parte de la generación del 900 (grupo de escritores uruguayos que publican sus obras entre 1895 y 1925) al igual que José Enrique Rodó- ensayista- , Florencio Sánchez- dramaturgo-, Javier de Viana- narrador-, Carlos Reyles – narrador-, Julio Herrera y Reissig- poeta-, Delmira Agustini- Poeta-, María Eugenia –Vaz Ferreira- poeta-, Carlos Vaz Ferreira- filósofo-, etc,.
Dentro de esta generación hubo dos tendencias bien definidas: por un lado, hay quienes deciden comprometer su obra con la realidad, para mejorarla a través de la denuncia y la crítica, como Florencio Sánchez; y por otro, están los escritores que se evaden de ella, justificando su arte en sí mismo, como Julio Herrera y Reissig. A los primeros se les llama escritores comprometidos y a los segundos, “torremarfilistas”.
La generación del 900 surge en un contexto histórico – social que se caracteriza por el ascenso de la clase media t por el liberalismo político. Es la época en que nace el batllismo, en torno a la figura de José Batlle y Ordoñez. Se pone en marcha el movimiento estatista o capitalismo de Estado, haciendo de este último el dueño de las principales empresas del país, que pasan a ser públicas. Es una época de modernización y bienestar económico.
La literatura alcanza un momento especial de plenitud. Los autores se reúnen en cenáculos literarios como La Torre de los Panoramas, liderada por Julios Herrera y Reissig, o El Consistorio del Gay Saber, integrado por Quiroga entre otros jóvenes salteños. También es lugar de encuentro el Café Polo Bamba y otro similares. Las revistas adquieren especial relevancia como medios de expresión y difusión cultural., entre ellas se destacan: la Revista de Literatura y Ciencias sociales (dirigida por José E. Rodó), La Revista de Salto (dirigida por Quiroga) y La Revista (de Julio Herrera y Reissig).
Caracteres fundamentales de esta generación:
1-      Todos ellos, más o menos participaron del modernismo. Unos, como Quiroga sólo en su juventud, otros como julio Herrera y Reissig, durante toda su producción. Pero en todos se dio el contacto.
2-      Hay dos tendencias opuestas entre los miembros de la generación: por un lado los que se consideran por encima de todos y se alejan despreciativamente de la sociedad. Otros, por el contrario, se insertan y comprometen con el medio en que viven.
3-      No hubo líder o conductor del grupo.
4-      Son autodidactas y no universitarios. Leen tendencias diversificadas, es decir, leen de todo: Marx, Tolstoi y Víctor Hugo, los autores del Siglo de Oro español, etc.
5-      Se reúnen en torno a Revistas, Cenáculos y Cafés.
  Los Cenáculos consisten en una reunión poco numerosa de personas que profesan las mismas ideas, alrededor de una fuerte personalidad central. Más que por sus aportes a la literatura, importan por el ambiente que crearon, y la confrontación de ideas que promovieron. Los más importantes fueron: El Consistorio del Gay(1) Saber; La Torre de los Panoramas.
Los Cafés, el más importante fue El Polo Bamba, que se ubicaba en la Plaza Independencia, allí tenían lugar intercambio de ideas y discusiones en torno a diversos y muy variados temas. También fue importante el Café Moka, y el Café Sarandí, al que asistía Quiroga.


(1Gai fue usado en francés por Christian de Troyes por lo menos desde el siglo XII, con el significado de "feliz, alegre, exultante" y, también, "divertido". El vocablo entró al inglés como gay, con el mismo significado, pero hacia el siglo XVII adquirió la connotación de "persona autoindulgente que solo busca el placer" y, hacia fines del siglo XIX, se usaba con su denotación actual en los códigos de la comunidad homosexual norteamericana. En los años sesenta, en la medida en que los homosexuales empezaron a tornarse más visibles, la palabra trascendió al vocabulario común, al principio entre comillas, y llegó al español por los años setenta.

martes, 15 de mayo de 2012


Criollismo.

Es una corriente literaria que  nace en la última década del S XIX y se extiende hasta 1929.Este movimiento busca incorporar el habla local y se manifiesta a través de una posición nacionalista en el arte.

Características:

·         Predomina lo autóctono.
·         Utiliza modismos dialectales (regionalismos de vocabulario)
·         Profundiza en leyendas del pueblo.
·         Surge como oposición al Modernismo, con sus personajes desarraigados que pensaban con mentalidad de extranjero.
·         Las obras aspiran a ser documentos sociológicos del momento que vive el país.
·         Centran su interés en el continente y sus descripciones de América.

TÉCNICAS DE ESTUDIO: APUNTES!!!! ¿cómo sacar buenos apuntes?







Técnicas de Estudio.

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Ø  ¿CÓMO TOMAR APUNTES EN CLASE?
Ø  VENTAJAS DE TOMAR APUNTES.
Ø  CÓMO SABER QUÉ ANOTAR
Ø  CÓMO ELABORAR TUS PROPIOS APUNTES
Ø  LECTURA EFECTIVA: ¿CÓMO LEER Y COMPRENDER MEJOR UN TEXTO?
Ø  SUGERENCIAS PARA FACILITAR LA LECTURA Y EL ESTUDIO.





¿Cómo tomar apuntes en clase?

Tomar apuntes en clase es importante porque……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..-
(En los renglones superiores deberás escribir por qué te parece importante tomar apuntes en clase)

VENTAJAS DE TOMAR APUNTES


1-  Ayuda a mantener la atención y la concentración en clase.
2- No todo lo que dice el profesor está en los libros.
3- Ayuda a comprender mejor
4- Algunas veces nos ayuda a recordar más fácilmente.

¿Cómo sé lo que debo anotar?
¡Pistas para saber qué debo anotar!

ü  Tono de voz del profesor
ü  Palabras que nos hagan prestar atención (“esto es importante”, “será bueno que lo sepan”, “recuérdenlo” “¿están anotando?”, etc.)
ü  Repetición de ideas (una y otra vez de distintas maneras el profesor repite la idea)
ü  El tiempo que se le dedica a ese tema en especial
ü  Anotaciones en el pizarrón.
ü  Indicaciones cabales de que lo dicho no está en el texto.

¿Cómo elaborar los apuntes?


Durante las clases:
·         Tomar notas breves, no todo lo que se dice se escribe, sólo lo que te resulte relevante.
·         Intenta comprender de qué se habla, si hay dudas el profesor está para aclararlas, no dudes en preguntar.
·         Toma nota de lo escrito en el pizarrón.
·         Escribe con tus propias palabras lo que vas comprendiendo.
·         Utiliza abreviaturas si quieres, pero no olvides hacerlo SOLO en los apuntes!
·         Si pierdes alguna idea, deja el espacio, luego pregúntale a un compañero o al profesor.
·         Destaca las ideas que te parezcan principales (con marcador, con un asterisco, con un dibujo, etc.)
·         Deja un espacio para cualquier aclaración posterior que desees realizar.
·         No olvides anotar las tareas domiciliarias.


Después de clases:
Es importante revisar día a día los apuntes que hayas tomado, probablemente eso te ayude a recordar los conceptos fundamentales.
Comprueba si has puesto la fecha (es importante tener fechados los materiales)
Relee tu texto y si es necesario complétalo con el libro
Pon títulos, subtítulos y haz esquemas.
Utiliza colores diferentes para destacar ideas principales y secundarias.
Comprueba que tus apuntes estén claros y completos.

Cómo leer y comprender mejor un texto.

Antes de la lectura:
·         Investigación o lectura rápida:
Lee los títulos
Lee la introducción y las conclusiones.
Observa los mapas, ilustraciones y gráficos.
·         Autocuestionario:
Transforma el título en pregunta
Trata de hacer preguntas sobre el texto.

Durante la lectura:
Lee todo el texto con cuidado, de manera que puedas responder a las posibles preguntas que se te plantean (incluso aquellas que te hiciste al comenzar la lectura)
Haz nuevas preguntas y respóndelas
Presta atención a las palabras más destacadas.
Procura comprender todos los gráficos, figuras, etc.
Trata de identificar las ideas principales
Aclara las palabras y conceptos que no comprendas (el uso del diccionario y una relectura siempre ayuda)
Utiliza alguna de las técnicas habituales de estudio (subrayado, esquema, resumen, mapa conceptual, etc.)
Después de la lectura:


1-    Autoevaluación: Mira si has comprendido bien el texto, responder preguntas es una opción válida. Puedes exponer lo que has comprendido en voz alta o hablar sobre el texto con un compañero o familiar.


2-   Memorización: lee los esquemas, notas, resúmenes. Repite de manera oral (en voz alta) los conceptos que no te hayan quedado claros, algunas veces cuando nos escuchamos nos comprendemos mejor. Escibe aquellas cosas que quieres memorizar. Repasa con frecuencia los resúmenes, los apuntes y claro ¡ el Libro!

Algunas sugerencias que facilitan la lectura y el estudio.
ü  Lee en voz alta
ü  Habla del tema de estudio con tus compañeros, familiares, etc.
ü  Toma notas de lo que te parezca importante
ü  Utiliza los esquemas, los resúmenes, todo lo que te ayude a estudiar.
ü  Escribe preguntas o conceptos que no te han quedado claros, al finalizar la actividad de estudiar trata de responderlas.

lunes, 14 de mayo de 2012

Cuento vs. Novela

DE NOVELAS, CUENTOS Y OTROS SABERES.

Diferencias entre novela y cuento.
Recuerda sumar a estos conceptos los que hemos trabajado en clase.

El cuento: suele ser un relato breve, con pocos personajes,  se aprecia una única trama y una complejidad menor que en la novela. No podemos establecer los límites exactos del cuento. Cuando hablamos de brevedad, nos referimos a que su extensión es menor que la de una novela.

La novela: suele tener una extensión y complejidad mayores que el cuento. Se caracteriza por la libertad: este subgénero no tiene límites y puede contener desde diálogos con clara intención dramática o teatral hasta fragmentos líricos o descriptivos.
Actividad:
1-      Nombra tres cuentos que hayas leído en clase.
2-      Nombra tres cuentos que te gustaría leer.
3-      ¿Conoces el nombre de alguna novela? Escríbelo.
4-      ¿Los juegos del hambre, son una novela o un cuento?
5-      ¿Saltoncito, de Francisco Espínola, es una novela o es un cuento?
6-      Puedo afirmar que “Final del juego” de Julio Cortázar es un cuento. Justifica esa afirmación o niégala utilizando elementos teóricos.
7-      Martina Valiente y la cara del miedo es un/a………………………………………. Porque…………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………

Títulos: clasificación

CLASIFICANDO TÍTULOS…

Este constituye uno de los paratextos más importantes, pues es el umbral del texto y funciona a veces como un inductor de lectura, guiando esta en forma más o menos acertada. Al respecto Eco, U. (1984:10) señala que:
“…un título ya es una clave interpretativa (...) los títulos que más respetan al lector son aquellos que se reducen al nombre del héroe epónimo (...); pero sin embargo otros títulos como Le pére Goriot,  centra la atención del lector en la figura del viejo padre mientras que la novela también es la epopeya de Rastignac o de Vautrin (...) quizás habría que ser honestamente deshonestos, como Dumas porque es evidente que Los tres mosqueteros… es, de hecho, la historia del cuarto…”
Los títulos suelen clasificarse de la siguiente manera, aunque es necesario tener presente que los títulos no suelen pertenecer a una sola categoría sino que habitualmente se inscriben en más de una.
Epónimos: son aquellos que presentan la titularidad del personaje, los personajes o nombres de lugares, como por ejemplo, Rodríguez, de Francisco Espínola.

Emblemáticos: adelanta un tema, hecho u objeto para el desarrollo de la acción. Por ejemplo: El almohadón de pluma, La gallina degollada.

Simbólicos: adelanta un tema, hecho u objeto para el desarrollo de la acción pero de manera metafórica. Ejemplos: Pateando lunas, Los pocillos, etc. Cuando terminamos la lectura comprendemos que el título adelantaba algo del texto, que en un principio no pudimos vislumbrar.

ACTIVIDAD

1-      Piensa en algún texto que hayas leído. Escribe su título.
2-      Clasifícalo siguiendo los conceptos brindados.
3-      Clasifica los siguientes títulos:

a)    1-   La Botella Fútbol Club.
b)    2-   El señor de los anillos.
c)     3-  El Hobbit.

Narradores

NARRADORES

Omnisciente: el narrador sabe más que los personajes. Este fragmento del texto Teru-tero de Javier de Viana, en donde el narrador conoce hasta los más íntimos pensamientos del personaje.
"Camila mostraba gran preferencia por un mocetón del pago, un gauchito aindiado, trigueño y jaranista, célebre por sus fuerzas y sus proezas como domador de afición. Con frecuencia iba a la estancia del Río Negro y sus relaciones con Camila aumentaban rápidamente. Eran dos caracteres semejantes y se entendían a las mil maravillas. Muchas veces, paseando por el patio, él, -que ardía en deseos, y con la boca seca y el espíritu embotado no encontraba frases que dirigir a su prenda-, llamaba a Teru-tero y se ensañaba con éste, inventando diabólicas travesuras, que la china festejaba con grandes risotadas..."
Equisciente: el narrador sabe lo mismo que sus personajes. Este fragmento de Muebles El Canario de Felisberto Hernández (1999:23), ejemplifica cómo el narrador interior y por lo tanto personaje del relato, conoce sobre sí mismo pero no sobre los demás.
“…Terminado de decir -es de usted- ya sentí un pinchazo y vi una jeringa grande con letra...Pero no sólo no comprendí lo que pasaba sino que me asusté. En ese instante ocurrieron muchas cosas. La primera fue que aun cuando ese señor no había terminado de pedirme permiso, y mientras yo le contestaba, él ya me frotaba el brazo desnudo con algo frío que no sé por qué creí que fuera saliva. Y cuando yo había…”
Deficiente o infrasciente: el narrador sabe menos que sus personajes. El narrador en este fragmento de A la deriva de Horacio Quiroga (1999:8) posee un conocimiento tan escaso de los hechos que ignora los motivos del silencio de Alves.
"-¡Alves! -gritó con cuanta fuerza pudo; y prestó oído en vano.
-¡Compadre Alves! ¡No me niegue este favor! -clamó de nuevo,
alzando la cabeza del suelo. En el silencio de la selva no se oyó rumor..."